Utilizar la seducción como estrategia de dominación. Me remito a Lypovetsky para afirmar que la seducción, del consumo, es una de las partes que articulan hoy el control social.
La estructura económica nos produce anestesia moral. Socializados en una constante indefensión. Desapego afectivo, la anomia, el egocentrismo. Es una sociedad en la que todo vale y en la que se promueven “valores" como la manipulación, el engaño, las emociones superficiales y las sensaciones.
En realidad, la ideología neoliberal es un individualismo radical que miente y manipula al hacernos creer que el mercado es el sistema de elección común. Gracias a este chantaje amoral, la globalización del mercado avanza sin dificultades. Gracias a ello, los Estados están dejando de proveer servicios, porque no hay alternativa. La retirada de los Estados ante el mercado ha dejado al ser humano a merced de la tiranía y el totalitarismo de los más ricos, poderosos y fuertes;
Por otro lado, existe el principio educativo de tolerancia máxima. Esta filosofía sin restricciones por miedo a castrar, a traumatizar, genera una incapacidad para inhibir ciertas conductas y socializar. Es una buena forma de educar personas tiranas.
Los paraísos con los que nos mantienen seducidos parece que no dejan que le veamos las orejas al lobo.
En realidad, la ideología neoliberal es un individualismo radical que miente y manipula al hacernos creer que el mercado es el sistema de elección común. Gracias a este chantaje amoral, la globalización del mercado avanza sin dificultades. Gracias a ello, los Estados están dejando de proveer servicios, porque no hay alternativa. La retirada de los Estados ante el mercado ha dejado al ser humano a merced de la tiranía y el totalitarismo de los más ricos, poderosos y fuertes;
Por otro lado, existe el principio educativo de tolerancia máxima. Esta filosofía sin restricciones por miedo a castrar, a traumatizar, genera una incapacidad para inhibir ciertas conductas y socializar. Es una buena forma de educar personas tiranas.
Los paraísos con los que nos mantienen seducidos parece que no dejan que le veamos las orejas al lobo.